Enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal, fueron las presumibles faltas graves por las que el exgobernador Javier Corral fue notificado ayer de manera formal por la Secretaría de la Función Pública…
La Columna De El Diario..
Enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal, fueron las presumibles faltas graves por las que el exgobernador Javier Corral fue notificado ayer de manera formal por la Secretaría de la Función Pública. Eso lo llevará a comparecer, al menos de inicio, ante el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa (TEJA).
El exfiscal general del Estado, Roberto Fierro, en vías de ratificación como secretario de la Función Pública, sorprendió ayer con la primera causa en firme contra el golfista postulado por Morena como candidato plurinominal al Senado de la República.
Como era previsible, el escándalo trascendió los cerrados muros de la SFP y del Tribunal que aplica la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
Los elementos los aportaron mediante denuncias formales el diputado priista, Omar Bazán Flores y el alcalde juarense morenista, Cruz Pérez Cuéllar; el primero lo hizo en febrero y el segundo en mayo de 2022, ambos relacionados con el llamado terreno caliente del que Corral Jurado se apropió siendo mandatario para agrandar su casita de la calle Costa Rica, aquí en Juárez.
Las conductas advertidas se relacionan con sus declaraciones patrimoniales de modificación y de conclusión en su encargo como gobernador; no declaró un inmueble respecto del cual se conduce como dueño, lo que se considera una falta administrativa grave, según lo que pudo conocerse sobre la notificación entregada a Corral Jurado.
De la vía administrativa por falta grave, que lleva el TEJA, a la vía penal que puede conducir a otros tribunales, no es tan largo el trecho. Así le pasó a uno de los funcionarios favoritos de Corral Jurado, el exdirector del Instituto Chihuahuense del Deporte, Juan Pedro Santa Rosa, cuyas múltiples transas en la dependencia lo mantienen vinculado a proceso.
El neomorenista traidor del PAN tal vez ya debería comenzar a preocuparse, después de casi tres años de haber dejado la gubernatura en peor estado del que la encontró.
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