José Díaz López
…..Ganar o perder una elección como la pasada, la más grande de nuestra historia, tiene muchísimas consecuencias y casi todas, muy graves según el resultado. Progresistas y conservadores, sabían plenamente lo que estaba en juego y más sabían que los riesgos entre perder o ganar la lucha.

Todos los protagonistas pusieron todas sus fuerzas y las mejores estrategias que diseñaron para ganar, sin pensar siquiera en la derrota, aunque siempre estuvo en su horizonte. Teniendo los resultados en la mano, ahora unos, en Morena, festejan a lo grande y otros, en el PRIAN, se notan muy tristes por lo que pasó y asustados por lo que ven en su horizonte. Todos, eso sí, dicen que están reflexionando incesantemente, el PRIAN por ejemplo no encuentra ninguna explicación real de lo que le pasó por encima. El PRIAN más, Morena menos, siguen haciendo análisis y evaluaciones de pérdidas y ganancias en la histórica elección.
En el caso de Morena, la victoria fue rotunda; se nota que más que reflexionar, festejan a lo grande su triunfo inobjetable. En el PRIAN, puros pujidos funerarios se escuchan.
En esa bolsa de sucesos, hay un hilito que deja entrever, que ambos bandos ya están enfrascados con todas sus fuerzas en la disputa por la gubernatura.
Percibimos que, a Morena, lo que más le importa, es un recuento rápido de lo que se ganó el 2 de junio para pavimentar el piso en la disputa por la gubernatura. ¡Lo que todos vemos es que para Morena, este es, ¡ya un objetivo a ganar, desde antier!
Por su parte el PAN, no puede, se nota que no tiene fuerzas, para salir de la tragedia que vive y trata de superar el sopor de una sensación de “irrealidad”, de “pesadilla” que causó la derrota “inesperada”, “increíble”; pero no lo logran, por la obnubilación de la razón que aún sufren, por la histórica zarandeada guinda. Hoy hablan de una “refundación del PAN”, pero, hasta nuevo aviso, ninguno de sus cuadros más ilustrados, tiene una idea de qué hacer, cómo, cuándo, para qué, quiénes, etc, pueden llevar a cabo la descomunal, ¿inviable?, propuesta conservadora, pues por naturaleza representan el “no cambio”, la defensa del “status quo”. Habrá que esperar para ver cómo se hace esa nueva fundación panista, principalmente para que hagan frente a los retos del 27.
Por lo pronto, tanto en el PRI como en el PAN exigen que rueden las cabezas de sus líderes nacionales y estatales. Y como siempre lo han hecho todos tratan de eludir sus renuncias. Lo mismo hacen los líderes estatales, que no renunciarán ya que, alegan, que “lograron buenos números” y se niegan a admitir el desastre en que dejaron a sus partidos.
A nivel estatal, el líder panista, acepta el cambio de su dirigencia, pero “hasta diciembre o más allá”, “como lo establecen los estatutos”. Pero antes, pese a la urgencia de las circunstancias del desastre electoral, no quiere irse.
Lo mismo sucede en el PRI nacional, ya que Alito, sigue maniobrando para eludir su muerte política, su renuncia al cargo nacional. Y como es un grupo muy reducido el que manda en ese partido, pues sigue siendo lo que quiere en el mismo, pese al enorme desprestigio de dicho político y sus secuaces. Es decir, la “reflexión, la “evaluación” de su derrota, solamente la usan para continuar reforzando su tumba política, su ineptitud personal.
Marko Cortés, está en la misma lógica, de no renunciar y alargando el tiempo, para ir pateando el bote, dando largas a su salida del liderazgo nacional, hasta que logre el significado de lo que él piensa como “refundación del PAN”: dejar a un incondicional de su grupo, como líder nacional.
Según una perspectiva del resultado electoral en relación a la disputa de la gubernatura, se ponen los números como sigue: si en el 2021 el PRIAN ganó la gubernatura con 576 mil votos; y Morena obtuvo 445 mil votos; y ahora en el 2024 Morena obtuvo un total de la votación emitida de 885,576 votos; entonces el PRIAN, empieza la defensa de la gubernatura con una desventaja de más de 309 mil votos. Por eso se dice que el PRIAN empieza la defensa de la gubernatura, con una tarea sumamente pesada.
Y esta es la realidad. Este es el piso, con el que inicia la contienda por la gubernatura. Esa es la realidad, en la que se debate el PRIAN, que se quedó también sin fuerzas para sacar ipso facto, a los responsables de su desastre.
En tanto, Morena, bien ubicado en el arranque de la carrera al 27, hasta nuevo aviso, va en caballo de hacienda: 309 mil votos lo impulsan.
Y está trabajando desde antier, para aumentar esa ventaja electoral y consolidar su tarea histórica.
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