¡Lástima, Marcelitoooooo!

Por Vianey Esquinca

….La inmaculada percepción

….Vaya decisión la que debe tomar este lunes Marcelo Ebrard Casaubon, pues cualquier camino que tome estará minado. Las declaraciones que hizo a lo largo del proceso interno y el día en que se dieron a conocer los resultados de las encuestas, hablando de irregularidades y que Morena se parecía cada vez más al PRI, le fueron cerrando opciones. Sin embargo, aún en esos momentos se pensaba que no llegaría al rompimiento, porque “sabe que le tienen todo un expediente”, “sólo está encareciendo el apoyo”, “tiene un gran equipo que alimentar y muchos no se animarán a salirse del partido”.

Sin embargo, cuando trascendió que en una reunión con su equipo había dicho: “No nos vamos a someter a esta señora”, refiriéndose a Claudia Sheinbaum, o que en una entrevista con Ciro Gómez Leyva declaró: “Lo que me queda claro es que en Morena no tenemos espacio”, definitivamente la ventanita del amor se le cerró.

Los escenarios que existen para el canciller se volvieron poco luminosos. Suponiendo que las palabras de amor que el jueves le mandó el presidente Andrés Manuel López Obrador lo conmovieron y decide regresar a Morena, será recibido como traidor y Sheinbaum no le tendrá ni un gramo de confianza. No le va a perdonar que le haya aguado la fiesta y que no se hubiera sometido a los designios divinos de Palacio Nacional. Su propio equipo ya mostró señales de fractura, pues unos no están dispuestos a seguirlo al exilio. Del otro lado habrá quien le grite “cobarde” porque no se atrevió a romper después del espectáculo que montó.

Al también exjefe de Gobierno le convendría un curso de manejo de estrés pues en lugar de declarar con el corazón caliente, pero la mente fría, lo hizo con el hígado. Cuando eso sucede nada puede salir bien. Por eso cuando señaló que estaría en la boleta presidencial en 2024 de una u otra forma, convirtió su legítimo interés en una especie de berrinche.

Cuando el propio Ebrard cerró la puerta de una candidatura independiente lo que inmediatamente se supuso es que negociaría con Movimiento Ciudadano. Esto, por supuesto, generó la sospecha de que el rompimiento con Morena no fue sino una estrategia del Presidente para dividir el voto de la oposición. Suposición que pareció confesar el mandatario mexicano cuando dijo en su mañanera que si Marcelo se postulaba por otro partido a quien iba a perjudicar sería a Xóchitl Gálvez, porque el voto de la clase media se dividiría.

Si es realidad que Ebrard se va con MC, entonces abonará a la percepción de que es un traidor, pero no de Morena, sino de la democracia, pues, en efecto, su jugada acordada o no, sólo beneficiará al partido guinda.

Hubo quien ilusionado dijo que podría irse al Frente Amplio por México donde tendría las puertas abiertas. En el remotísimo caso que así sucediera, se le garantizaría una bonita persecución política de ésas que tanto le gustan. Hasta podría decidir mejor tomarse un descanso y no hacer nada hasta que las aguas se calmen. Total, las campañas oficialmente aún no empiezan.

Por todo ello, la decisión de este lunes no será un día de campo, tendrá que hacer uso de su experiencia política, discursiva y ocupar hasta la última gota de su capital político para informar qué le depara el futuro, pero que primero haga sus respiraciones de tranquilidad.

Morena ya demostró que su enemigo está adentro, que no saben hacer elecciones limpias —y eso que querían meterle mano al INE— y de que la perra es brava, hasta a los de casa muerde. Así que no resultará extraño ver que los mismos pleitos se repitan en las locales; un proceso que se seguirá con lupa será el de la Jefatura de la CDMX. La historia de terror apenas comienza.

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