Y sigue aflorando el México profundo…

José Díaz López

Mientras una multitud nunca antes vista en el Zócalo soportaba ¡2 diluvios juntos!, sin moverse un solo milímetro de su lugar en el Grito del 15 de septiembre; vitoreaba con un fervor colectivo extraordinario, el nombre de los héroes que a todo pulmón arengaba López Obrador; el PRIAN continuaba con su idea de esquivar, los efectos mortales de su terrible derrota y desesperado para bloquear el proceso de la aprobación de la reforma judicial.

Morena como un gigante de siete leguas, sigue disfrutando de las mieles de sus arrolladoras victorias; y el PRIAN trata de evitar hasta el último respiro, su muerte política. Como sabemos, a la entrega de la mayoría de las diputaciones y senadurías de representación proporcional, le siguió lograr el peleado, a vida o muerte, “voto 86” en el Senado para aprobar las reformas constitucionales, empezando con la reforma judicial.

Los hechos como son. Los sentimientos colectivos que afloraron a torrentes en el clímax de la noche del Grito, siguen latiendo intensamente en la persistente nostalgia colectiva, que recorre el país, hasta el momento definitivo del 1 de octubre, en el que López Obrador, trasfiera la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, cerrando una época histórica, si no es que la más importante de nuestras vidas y ¡hasta para los conservadores que lo siguen combatiendo hasta hoy!

Circulaba en el espacio público, la pregunta de ¿cómo logro Adán Augusto “el voto 86” para aprobar la reforma judicial? Sin embargo, ya se resolvió la incógnita, pues al asistir con Yunes el miércoles pasado para “saludar” a la presidenta Claudia Sheinbaum, informaron a los medios que “fueron a saludarla” y a comentarle que “el senador panista, votó a favor de la reforma, porque está de acuerdo con ella en todos sus términos”. De esta forma, hasta nuevo aviso, se “aclaró” la cuestión del “cómo” logró Adán Augusto el histórico “voto 86” de Yunes Márquez, para aprobar la reforma judicial.

Ese histórico “voto 86”, mandó a la tumba al liderazgo de Cortés en el PAN y también al de Alito Moreno en el PRI. Ambos andan zarandeados y desollados en pedacitos en la plaza pública y por los militantes de sus partidos; ¡de la hoguera pública no salen vivos ambos personajes!

En el PRI Alito Moreno, está enfrentando las consecuencias de su ilegal reelección y del intento de despojo que hizo de dicho partido y sus haberes económicos. La resolución del INE que revocó su reelección lo trae como loco por todos los espacios de la política. Incluso, lo está llevando al rompimiento de facto de su alianza con el PAN, pues para salvar su pellejo y el de su grupo político, se ha estado acercando a Morena en el legislativo federal, dando su voto a favor de algunas de sus reformas. Lo cual es una señal muy clara, de qué con el PAN, hasta nuevo aviso, ya no quiere ir ni al baño porque puede perder hasta el registro.

En el PAN el liderazgo de Marko Cortés, está igual de peor zarandeado por las llamas de la hoguera pública que el de Alito. El tumulto de personajes panistas que exigen su renuncia inmediata está en los medios, todos los días. Pero este tiene más posibilidades de dejar en su lugar a un incondicional de sus intereses. En efecto, en el PAN, de los grupos que se andan moviendo para hacerse de liderazgo, los cinco gobernadores que aún tienen, son una parte de Cortés, y al dejar a Jorge Romero en su lugar, aquel conservaría posiblemente su influencia a través del mismo y los gobernadores también. Sin embargo, hasta hoy, no se sabe con exactitud, si los que van a mandar en el PAN van a ser exclusivamente los 5 gobernadores o van a compartir el poder partidista con el actual líder, que lucha desesperadamente para permanecer vivo en el PAN. A saber, en política nadie está muerto para siempre.

Evidentemente la crisis en que se debate el liderazgo panista, repercute en todos los rincones de dicho partido, incluyendo a Chihuahua. Por un lado, están los que no pertenecen al grupo de Marko Cortés y exigen su renuncia inmediata so pena de salirse del PAN y construir otro partido; y por otro, el grupo de Cortés en el cual, hasta hace unos, días pertenecían los 5 gobernadores de Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Yucatán, pero quieren el poder total en ese partido.

Visiblemente, el grupo contrario a Marko Cortés, es el más combativo en medios, pero el que menos fuerza tiene en el PAN.

Obviamente el grupo de los 5 gobernadores tiene el poder de la administración y dinero que tienen en sus entidades, y con esa base exigen que, aunque quede de líder Jorge Romero, que es incondicional de Cortés, sean ellos los que manden en la aplicación del dinero de las prerrogativas del partido en sus entidades, pues son estas 5 gubernaturas las últimas posiciones del PAN… y quieren salvar el pellejo.

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