Aunque muchos de ellos logran pasar, miles están siendo enviados a México o en vuelos a sus países de origen….
Estados Unidos.- Vienen de Brasil, Burkina Faso, Usbekistán, India y de docenas de otros países, un movimiento global de cientos de miles de personas que están cruzando el Río Bravo y deslizándose por huecos en el muro fronterizo a un ritmo de casi 9 mil personas al día, siendo uno de los índices más altos de cruces ilegales en meses.
A pesar de las nuevas barreras fronterizas y alambre con navajas, el riesgo de la deportación y la súplica para que tengan paciencia, el resurgimiento de la oleada de hombres, mujeres y niños no está esperando.
Impulsados por la desesperación, familias y personas cruzan la frontera sur y están superando los nuevos esfuerzos de la administración Biden de mantener a los migrantes esperando hasta que obtengan una cita para ingresar al país con permiso para hacerlo.
El influjo está creando una crisis humanitaria y política que abarca desde abarrotadas instalaciones para procesar migrantes en estados fronterizos hasta importantes ciudades estadounidenses que están teniendo problemas para albergar y educar a las nuevas familias.
Aunque muchos de ellos logran pasar, miles están siendo enviados al otro lado de la frontera o en vuelos a sus países de origen.
Aunque de Texas a California, más de dos docenas de migrantes que han ingresado ilegalmente en los últimos días dijeron que no pueden esperar.
“Si no arriesgas no ganas”, dijo Daniel Soto de 35 años, quien cruzó con su madre este martes después que vendieron su auto, restaurante y casa en Lima, Perú, apostando toda su fortuna de 25 mil dólares a una travesía de una semana hacia la frontera cerca de Tijuana.
La oleada de migración en la frontera sur, aunque está motivada por la pobreza, violencia y hambruna, también está vinculada a patrones de temperatura, cambios de política y circunstancias personales.
El ritmo de cruces ilegales disminuyó marcadamente durante la primavera en medio de la incertidumbre que rodeó la medida de la pandemia que permitió que el gobierno deportara rápidamente a los migrantes.
Aunque los números aumentaron en este verano y ahora son casi el doble de los 4 mil 900 cruces al día que fueron registrados a mediados de abril.
Migrantes como Soto y su madre están arribando con historias de amigos y parientes que llegaron a Nueva York y Chicago meses antes. Muchos también creen las falsas afirmaciones de los contrabandistas y redes sociales que los migrantes pueden permanecer en Estados Unidos si logran entrar.
The New York Times
Deja un comentario