Las “presidenciables” en Chihuahua

Por Nicolás Juárez Caraveo

…..No cabe duda que es el tiempo de las mujeres, y en este momento todo parece indicar que las dos principales fuerzas políticas del país presentarán candidatas para la Presidencia de la República; Xóchitl Gálvez del Frente Amplio por México y Claudia Sheinbaum por Morena y en los últimos días dejaron muestra lo que será la contienda en su paso por la entidad.

A nadie le debe extrañar que las giras de “Xóchitl” y “Claudia” fueran arropadas por los suyos; la señora de la “X” por la gente de la Coparmex y claro por la gobernadora Maru Campos, mientras que la exjefa del Distrito Federal por la principal plaza morenista: Ciudad Juárez y el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar.

Las motivaciones de las dos presidenciables son muy distintas: para Xóchitl es buscar cobijo en una entidad gobernada por el Partido Acción Nacional y aunque en el espectro nacional representa pocos votos, la fuerza política y empuje de los “aspiracionistas” será un factor de impacto para el 2024.

Por otra parte, para Claudia y el morenismo nacional Chihuahua es sólo venir a enfrentar a la oposición, dejar en claro su postura frente a un gobierno contrario a ellos y contra el que pueden hablar libremente desde una posición cómoda y no sólo tratar de defender a su Cuarta Transformación.

De la giras hay algunos puntos a destacar: primero para el caso de Xóchitl Gálvez Chihuahua no es una plaza desconocida; recorrió en múltiples ocasiones la entidad, principalmente la Sierra Tarahumara en su paso como comisionada de Pueblos Indígenas en el sexenio de Vicente Fox, y claro es cercana a esos grupos proindigenistas que siempre han operado en esa zona.

Ella conoce a la perfección el activismo en la sierra, y en su momento estuvo muy ligada a los grupos que giran alrededor de la Compañía de Jesús, y que acompañaron al exgobernador Javier Corral en su gobierno y que hoy son de los principales promotores del gobierno de la Cuarta Transformación, por ello no es raro que no tuvieran ningún evento con ellos, al menos, no de manera pública.

Sin duda, la reunión con la gobernadora Maru Campos fue la de mayor trascendencia, no sólo por dejar en claro su amistad, con  su frase “esta fue de las que estuvo chingue y chingue”, sino por amarrar el apoyo del panismo chihuahuense.

Como lo describe “La Columna” de este medio, “Seguramente no fue sólo la plática de amigas que dijo la senadora cuando fue cuestionada sobre la reunión que tendría con Maru durante su gira por Chihuahua. Las dos son estrategas con experiencia en las batallas electorales, como la que está en puerta… A la gobernadora le emociona y le conviene una amiga no candidata sino presidenta. La cercanía demostrada seguramente disipó cualquier duda sobre cuál es la aspirante del Frente Amplio que los panistas deben apoyar”.

Por último, hay que reconocerle a la hidalguense que logró juntar a los exgobernadores Francisco Barrio y Fernando Baeza en el evento del Centro de Convenciones, porque Barrio no había acudido a ninguna convocatoria ni de la misma gobernadora Maru Campos.

Mientras tanto, la visita de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno con licencia de la Ciudad de México, a la fronteriza Ciudad Juárez demuestra que se siente cómoda con Cruz Pérez Cuéllar, quien le ha demostrado que apoya al 100 por ciento a la Cuarta Transformación, y aunque en las reglas se señale que ningún morenista con cargo público debe apoyar a ninguna de las “corcholatas”, se ve clara la mano crucista en la breve gira.

Y claro su visita como precandidata también deja en claro que no existe ningún motivo para mejorar la relación con la jefa del gobierno de Chihuahua, Maru Campos, la distancia entre ellas cada día será más grande si llega a ser candidata de Morena.

Si bien es cierto que la presencia de estas dos damas compitiendo por el máximo puesto de elección popular de nuestro país es inédito, y que cambiará por siempre la participación femenina en cargos de elección popular, este proceso también se ha caracterizado por una fuerte violencia de género que hace falta atender.

Este tema por sí solo, vale la pena analizarlo en una siguiente entrega, pero por lo pronto es necesario señalar que las acusaciones sobre discriminación que sufren por ser mujeres en un mundo todavía muy masculinizado va en aumento.

La política en el mundo, y desde luego en México ha sido una guerra sin cuartel y no siempre es válido parapetarse tras la condición femenina para repeler el fuego enemigo, por lo que un uso excesivo de este escudo podría desdibujar la noble causa de atender las denuncias de género cuando son verdaderas y dolorosas.

Se puede pensar que la visita de las dos mujeres políticas pasaron sin pena ni gloria, pero sin duda es inédito esta lucha por el poder entre mujeres.

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