El regreso del pacto social

El gobierno de la 4T ha demostrado que sí se puede si no se roba….


Juan Carlos Loera de la Rosa / Político
….Era predecible la reacción de tuvo la oposición ante el paquete de iniciativas de reforma que fueron enviadas a la Cámara de Diputados con las que se busca reencausar el espíritu de la Constitución Mexicana y se contraponen a iniciativas que se aprobaron durante el período neoliberal para facilitar el despojo de los bienes del pueblo de México en beneficio de una minoría.

La primera reacción visible fue la de cuestionar que el presupuesto federal no era lo suficientemente grande para beneficiar a la población con pensiones para las personas adultas mayores, a las personas con discapacidad, para poner en contacto a los jóvenes egresados de la Universidad con los empleadores con un apoyo inicial. No, para ellos nunca alcanzará el presupuesto para beneficiar a la población, pero para rescatar a la élite empresarial, sí. Así endeudaron al país, rescatando a los grandes emporios a costa del pueblo como lo fue el Fobaproa. No les bastó el presupuesto, el despojo del salario de los trabajadores, de sus pensiones, no les bastó obtener recursos al pactar con el narco y con el crimen organizado, no les bastó concesionar la mitad del territorio mexicano a las mineras, ni la comisión que recibieron de empresas extranjeras por crear leyes que les entregaba las riquezas nacionales, además endeudaron al país y tampoco les alcanzó. Su enorme voracidad nunca está satisfecha, siempre quieren más. El gobierno de la 4T ha demostrado que sí se puede si no se roba.

Las iniciativas abarcan diversos ámbitos:

  1. Reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos.
  2. Garantizar la pensión para adultos mayores y el aumento de ésta cada año; así como la atención para personas con discapacidad.
  3. Otorgar becas a estudiantes de bajos recursos en todos los niveles escolares.
  4. Garantizar atención médica integral y gratuita a la población.
  5. Garantizar la vivienda de los trabajadores.
  6. Prohibir el maltrato de animales.
  7. Prohibición del fracking y no otorgar concesiones para la actividad minera a cielo abierto.
  8. Respetar las zonas con escasez de agua y sólo otorgar concesiones para uso doméstico.
  9. Prohibir el comercio de vapeadores y drogas químicas como el fentanilo.
  10. Aumentar el salario mínimo por encima de la inflación anual.
  11. Que el salario mínimo de maestros, policías, marinos, enfermeras, médicos, entre otros trabajadores de gobierno, no sea menor al de trabajadores inscritos al seguro social.
  12. Revertir las reformas a las pensiones aprobadas en 1997 y 2007 por los presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón.
  13. Garantizar el derecho a la educación y al trabajo.

14.

Brindar seguro a campesinos que cultivan sus tierras y mantener programas de apoyo directo a la producción.

  1. Utilizar 18 mil kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros y devolver a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) su carácter de empresa pública estratégica.
  2. Reducir gastos electorales, disminución a 64 senadores y 300 diputados, y reducir a 30 por ciento de participación para que las consultas populares sean vinculantes.
  3. Elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular.
  4. Integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para evitar corrupción.
  5. Establecer en la Constitución que ningún servidor público puede ganar más que el presidente de la República. 20. Eliminar los organismos autónomos.

Las veinte iniciativas darán continuidad al proyecto de Transformación teniendo siempre presente que la riqueza extrema de unos cuantos no proviene de la nada, sino del despojo de muchos. No olvidemos que durante el período neoliberal de 1983 al 2018, en los 36 artículos que se reformaron no había nada a favor del pueblo.

Es justo decir, para no olvidarlo, que estas iniciativas buscan establecer derechos constitucionales y fortalecer ideales y principios relacionados con el humanismo, la justicia, la honestidad, la austeridad y la democracia “que hemos postulado y llevado a la práctica desde los orígenes del actual movimiento de transformación nacional”, como lo señaló el Ejecutivo Federal.

La transformación comenzó con la cancelación de un aeropuerto construido sobre un lago, construyendo la infraestructura para la independencia energética y alimentaria, con la construcción de cientos de caminos artesanales en comunidades apartadas, con la devolución de tierras despojadas por las oligarquías locales en diversos estados del país, con la creación de polos de desarrollo generadores de empleos y de riqueza, como el Tren Maya y el Tren Transístmico, con los planes de justicia de los pueblos indígenas, como en Chihuahua, con los pueblos Rarámuri, Ódami, Oichkamay Warijó, en Sonora con los pueblos Yaqui, Seri, Guarijío y Mayo, en Veracruz en las camunidades Chinantecas y Mazatecas del Valle de Uxpanapa, En Jalisco, Nayarit y Durango con los pueblos Wixariká, Náayeri, O’dam, y Mexikam y en Chiapas en las comunidades que forman parte de los bienes comunales de la Zona Lacandona: 17 planes indígenas para 23 pueblos indígenas en 12 estados de la República. Hay más, pero basten estos ejemplos para recordar que la 4T representa un camino transformador de la esperanza, de la justicia social, del estado de bienestar para todos, no sólo para unos cuantos.

La iniciativa acera de los derechos y cultura indígena y afromexicanos, como sujetos de derecho, dotándolos de personalidad jurídica, forman parte de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.

La Presidencia de la República dio a conocer que se inspiró en cuatro puntos fundamentales de “Los Sentimientos de la Nación, de José María Morelos y Pavón, para sus reformas: “moderar la indulgencia y opulencia”, “elevar el salario del peón”, “educar al hijo del campesino y del barretero al igual que el hijo del más rico hacendado” y “que existan tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte”.

Que el salario mínimo esté siempre por encima de la inflación es proteger el salario futuro de los mexicanos, que no pierda el poder adquisitivo paulatinamente, como sucedió en el período de los gobiernos neoliberales, cuando al iniciar éste, en 1982, se podía comprar 51 kilos de tortilla con un salario mínimo; al final de su período, en 2018, sólo se podían comprar 6.5 kilos y ahora 10.1 kilos. Recuperar el poder adquisitivo es el espíritu de esta iniciativa.

“Que existan tribunales que protejan al débil de los abusos que comete el fuerte”, decía Morelos, contrario a los que el Sistema de justicia en México actualmente implanta. La propuesta es democratizar este órgano, que esté al servicio del pueblo, con base en el principio de justicia; no en principios leguleyos y al servicio de las élites patronales y del dinero, como ahora, liberando criminales de cuello blanco y del crimen organizado; creando leyes perjudiciales para la población, como lo han hecho desde que Zedillo cedió el sistema de justicia al PAN.

Pasar de 68 años a 65 años la implementación de las pensiones a los adultos mayores es legalizar lo que en la práctica ya se realiza. Se busca también que sea constitucional el apoyo a las personas menores de 65 años con discapacidad, lo que apoyaría a los chihuahuenses que estén en esta condición, ya que la gobernadora de Chihuahua se ha rehusado persistentemente en negarles este apoyo, aunque sólo aporte el 50 por ciento de éste. La iniciativa busca también el apoyo a pescadores, a campesinos, a jóvenes de 18 a 29 años de edad.

En cuanto al sistema de salud, destruido por el neoliberalismo con el fin de privatizar este sector, desde el servicio médico hasta el de ambulancias y de limpieza, la iniciativa busca garantizar la atención médica integral, universal y gratuita: estudios médicos, medicamentos y cirugías.

En cuestión de transporte busca rehacer otro sector que el neoliberalismo destruyó, como el sistema ferroviario de tren de pasajeros.

Haciendo cuentas… ¿Cuántos polos de desarrollo se crearon en los gobiernos neoliberales? ¿Cuántas industrias? ¿Cuántas obras? No se encuentran, pero si contabilizamos ¿Cuánto destruyeron? ¿Cuántas industrias, cuantos servicios públicos de salud privatizaron o destruyeron? La lista es larga. Es claro, el neoliberalismo destruye,

¿De dónde saldrán los fondos para restablecer el sistema de pensiones dignas de los mexicanos, para los apoyos a personas adultas mayores, a pescadores, a campesinas y campesinos, a las juventudes, a las personas con discapacidad? Ya se ha demostrado que sin corrupción alcanza para mucho.

Estamos ante el regreso del pacto social.

Por el bien de todos, primero los pobres.

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